Las ventajas del teletrabajo se han puesto en discusión, tras el anuncio de Yahoo de suspender esta opción laboral para sus trabajadores a partir del mes de junio. Hasta ahora esta modalidad ha ido creciendo gradualmente y se ha implantado sobre todo en sectores emergentes. Entre 2005 y 2010 el porcentaje de trabajadores que ejercían su profesión desde el hogar pasó del 3,6% al 4,3% en Estados Unidos, con un crecimiento mayor en campos como la informática, la ciencia y la ingeniería.
Los partidarios del teletrabajo suelen enumerar entre sus ventajas el mayor rendimiento. En un estudio realizado por las universidades de Standford y Beijing, tras dividir al personal en dos grupos, según prestaran sus servicios en su domicilio o en las oficinas, y analizar sus resultados, se concluyó que los que lo hacían desde casa fueron un 13% más productivos que sus compañeros y además presentaban mayor grado de satisfacción, según recoge The Economist.
Otros factores como la reducción de espacio de oficinas y el ahorro en instalación de despachos también resultan favorables a las compañías. Así, tras la polémica desatada por las medidas de Yahoo, Vodafone explicó que los resultados de una encuesta entre 500 ejecutivos muestran que las empresas británicas podrían economizar hasta 43.000 millones de libras anuales en este apartado, si los empleados trabajaran a distancia. Según el director de Vodafone en Reino Unido, Jeroen Hoencamp, “las empresas están minusvalorando el ahorro que se deriva de reducir despachos”.
El fructífero intercambio de ideas
Pero junto al entusiasmo ahorrador, hay que considerar también otras desventajas que a veces se obvian y acaban limitando el avance empresarial. Por ejemplo, el teletrabajo no permite los intercambios de ideas habituales entre compañeros de oficina, algo que se hace necesario cuando se trata de unir talentos para innovar, desarrollar aplicaciones o decidirse por nuevos productos.
Según explicaba en The New Yorker el gurú John Seely Brown, director durante una década del centro de investigación Xerox PARC, los encargados de mantenimiento de las fotocopiadoras parecía que perdían el tiempo mientras comentaban y tomaban café, pero esas conversaciones eran muy útiles para resolver los problemas que encontraban en su trabajo. “Los encuentros casuales llegan a adquirir gran importancia; la gente sale de sus rutinas y piensa”, afirmaba.
Motivos estratégicos
La decisión tomada por la directora general de Yahoo, Marissa Mayer, que ha recibido muchas críticas de los defensores de la flexibilidad laboral, no pretende anunciar el fin del trabajo desde casa sino que esconde más bien motivos estratégicos: una parte de la experiencia laboral –valor intangible en una firma– se transmite de unos a otros, y no es fácil mantenerla viva y fuerte cuando una parte de los trabajadores no está, algo que a la larga repercute indudablemente en la cuenta de resultados. La nota interna enviada por Yahoo a sus trabajadores dice: “Algunas de las mejores decisiones e ideas provienen de las discusiones de pasillo y cafetería; de conocer gente nueva y de reuniones improvisadas. Rapidez y calidad a menudo se sacrifican cuando se trabaja desde casa. Tenemos que ser un Yahoo!, y eso comienza por estar físicamente juntos”.
Algunos analistas han resaltado que el valor en bolsa de la compañía americana necesita una recuperación urgente, al haber pasado de 125.000 millones de dólares en 2000 a 25.000 millones en 2012.
Si Yahoo decide suprimir el trabajo desde casa quizá es porque ha experimentado que los teletrabajadores no están lo suficientemente comprometidos con la empresa, en un momento en que se necesita mayor esfuerzo. La nota que Yahoo distribuyó entre sus empleados aludía precisamente a que “estar presente en las oficinas resulta crítico” y señalaba que “las interacciones y experiencias solo son posibles” en esos espacios.
La decisión de Marissa Meyer ha sido interpretada como un ataque velado a las medidas flexibles a las que se acogen muchas mujeres y hombres para compatibilizar el cuidado de su familia. Algunos han recordado con cierta ironía cómo la misma directiva hizo construir una guardería cerca de su oficina para poder cuidar a su hijo, nacido recientemente.
Sin embargo, a pesar de esta pequeña fiebre, el teletrabajo continúa creciendo en el mundo. Muchas empresas siguen encontrando en este sistema un modo de reclutar y retener talento. El futuro quizá exija directivos que sepan gestionar mejor sus equipos para crear confianza entre los empleados, estén o no en el espacio corporativo.