Gonzalo Orti del Hoyo

Hungría ha aprobado por una amplia mayoría una nueva Constitución que reconoce el respeto de la vida humana desde la concepción, junto con el valor central de la familia, el matrimonio entre hombre y mujer y la libertad de educación, además del “papel del cristianismo en la pervivencia de la nación”. No es de extrañar que la opinión dominante haya vertido su cólera acusándola de violar los “estándares europeos”.

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