Ayer, el presidente estadounidense Barack Obama anunció, junto con nuevos criterios para usar drones contra personas, que apresuraría el cierre de la prisión de Guantánamo. Empleada durante ya más de once años, en ella han estado recluidos 779 hombres, de los que quedan aún 166. Obama levantará la orden de suspensión que impide repatriar prisioneros a Yemen, lo que permitirá liberar a más o menos la mitad, yemeníes ya declarados aptos para salir. Los reclusos de Guantánamo viven en una especie de limbo legal, sin los derechos de los prisioneros de guerra ni los de los presos comunes. Una película alemana, estrenada precisamente ayer, lo ilustra con un caso real.
Berlín. Murat Kurnaz, un joven turco-alemán, estuvo internado casi cinco años e…
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