Entre los países de la Unión Europea, España es donde el euroescepticismo ha aumentado más: ha crecido 34 puntos en los últimos 9 años. Actualmente el 49% de los españoles tendría una visión negativa de la UE, según un estudio del Pew Research Center publicado el pasado 7 de junio. Sin embargo, España no es el país con más euroescépticos. De hecho, está cercano a la media de los Estados que comprende el estudio (47%) y lejos del 61% de Francia o del 71% de Grecia.
(Actualizado el 15-07-2016)
Después de un ligero repunte en 2015, la consideración favorable respecto a la Unión Europea vuelve a caer en buena parte de los países encuestados. En el caso de España, se ha pasado de un 80% favorable en 2007 al 47% actual. Si bien la evolución de la curva de los índices varía en los diferentes países, en todos se constata una erosión a lo largo del tiempo.
El euroescepticismo en España es una manifestación entre otras de una crisis más general, que también afecta a la confianza en las instituciones del país
Durante el último año, varios Estados han experimentado una disminución de la visión positiva sobre Europa entre la población de 50 años o más. En el caso de España, la caída ha sido de 16 puntos porcentuales. En términos generales, la gestión de la crisis de los refugiados y de la economía por parte de las instituciones comunitarias son motivos que apunta el estudio para explicar la caída de apoyos al proyecto europeo. En este mismo sentido, un estudio del mismo organismo de junio de 2015 muestra la correlación que existe entre la visión favorable de la UE, la creencia de que la integración europea ha sido beneficiosa para la economía y la percepción de que la economía funciona. Esto podría explicar la baja puntuación de 2013 y el repunte en 2015.
Por otro lado, es interesante considerar que el euroescepticismo se da en un contexto de crisis de confianza hacia las instituciones en general. Según datos del CIS recopilados por La Vanguardia, la valoración de las instituciones españolas mostró un aumento desde los años ’90 hasta el 2000, cuando empieza a descender. Según los barómetros del CIS, en 2010 se dio una caída importante, que se repitió en los años siguientes pero de forma más suave, hasta que cambió la tendencia en 2015. La misma evolución siguió la opinión de los españoles sobre las instituciones europeas, como muestra el Pew Research Center.
Ceder soberanía nacional
Los expertos coinciden en que una de las preguntas más relevantes para el futuro europeo es el grado de soberanía que están dispuestos a ceder los Estados a la Unión. En el estudio del Pew Research Center, vemos que España está muy cerca de un empate entre aquellos que quieren que se devuelvan algunos poderes a los gobiernos nacionales (35%) y los que quieren que se transfieran más poderes a Bruselas (30%).
En este punto, se aprecia un cierto paralelismo con los resultados de una encuesta de Metroscopia de hace un año, en la que se preguntaba si la Unión Europea acabaría siendo en un futuro los Estados Unidos de Europa. El 49% contestaron no y el 45%, sí. A pesar de la imagen de división que podrían proyectar estos datos, en ese mismo estudio se constataba que el sentimiento de pertenencia a la Unión era ampliamente compartido. La inmensa mayoría de los encuestados (80%) se declaraba español y europeo, en proporciones variadas según los casos.
Hay correlación entre la visión favorable de la UE, la creencia de que la integración europea ha sido beneficiosa para la economía y la percepción de que la economía funciona
Volviendo al sondeo del Pew Research Center, Francia y España –a pesar de ser los países donde más crece el euroescepticismo– presentan los mayores porcentajes a favor de transferir más competencias a Bruselas (ver gráfico abajo). Mientras, en Alemania y, más aún, Gran Bretaña y Grecia, predomina el deseo de que se devuelvan poderes a los Estados. La media de los diez países incluidos en el estudio es del 42% a favor de más competencias nacionales y el 19% a favor de lo contrario.
La opinión pública después del Brexit
Después del Brexit, se constata un cierto incremento del sentimiento europeo según un sondeo del instituto IFOP para la Fundación Jean-Jaurès y la Fundación europea de estudios progresistas, que publica Le Monde, entre otros periódicos. En casi todos los países encuestados, el porcentaje de los que opinan que la UE saldrá reforzada de esta crisis sobrepasa al de los que opinan lo contrario.
Además, según el mismo estudio, la oposición a la organización de un referéndum actualmente es mayoritaria en los 6 países encuestados (Francia, Alemania, Italia, España, Bélgica y Polonia). Además, en caso que se convocase, la salida de la Unión sólo obtendría el apoyo del 26% en el caso de Francia, mientras que se situaría en torno al 18% en Alemania, España o Bélgica. Sin embargo, se ha de tener en cuenta el porcentaje de indecisos, que oscila entre el 16% y el 21%.
Para resumir: si es cierto que el euroescepticismo crece en España, también lo es que este fenómeno presenta diferentes matices. El índice español está cercano a la media europea (y a un nivel muy parecido a Alemania), pero es uno de los países con un mayor porcentaje de la ciudadanía a favor de transferir más competencias a Bruselas.
Por otra parte, la coincidencia en la evolución de la confianza en las instituciones españolas y europeas hace pensar que el euroescepticismo en España es una manifestación entre otras de una crisis más general. Además, hay muchos interrogantes abiertos: el desenlace y los efectos a largo plazo del Brexit, la gestión de la crisis de los refugiados… La historia está lejos de haberse acabado.