Aunque la militancia por los derechos humanos esté llena de buenas intenciones, puede desviarse si pretende sustituir a la política o al Derecho internacional. Así lo advierte Alain Pellet, miembro de la Comisión de Derecho Internacional de Naciones Unidas, en un artículo publicado en Le Monde (26 octubre 2002).
Alain Pellet considera que si bien las ONG de defensa de los derechos del hombre "tienen la mayor utilidad como contrapesos, como instrumentos de presión y alerta, también podrían ser potencialmente peligrosas si se les reconociera poderes excesivos". Son un contrapeso a la arbitrariedad de los Estados o al dominio de poderes económicos transnacionales, pero no sustituyen a los Estados democráticos.
De dos cosas una.…
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