Los sucesos de Egipto se mueven entre la revuelta y la revolución. Cientos de miles de manifestantes han exigido el fin de la autocracia y buscado una respuesta a sus graves carencias económicas y sociales, aunque no todos parecen tener claro cuál es el modelo político deseado para su país.
En cualquier caso, no quieren sustituir una dictadura por otra y piden elecciones libres, aunque los precedentes en otras situaciones demuestran que los resultados electorales, por muy limpios que sean, no llevan necesariamente a la democracia. La existencia de una robusta sociedad civil y de unos líderes políticos responsables son condiciones para una verdadera democracia. De ahí que la revuelta de Túnez, un país pequeño y con una población mucho má…
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