São Paulo.— Brasil necesita una verdadera oposición política al gobierno de Lula. Una oposición que haga frente a los intentos del presidente del PT (Partido de los Trabajadores) de aprobar medidas que perjudican a la economía, que echan leña al fuego de la inflación, que revierten la modernización de las leyes laborales y de la Seguridad Social, que impiden los necesarios procesos de privatización, que dificultan el emprendimiento y que coartan la libertad de expresión.
Esta oposición se verá principalmente en el Poder Legislativo, pero también serán esenciales las acciones de la prensa y de gobernadores de derecha como Tarcísio de Freitas, en São Paulo, y Romeu Zema, en Minas Gerais. Pero para existir de verdad y tener credibilidad, esta …
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