Ante el descontento de los ciudadanos con sus representantes políticos, los líderes populistas se presentan a sí mismos como los auténticos valedores de la gente corriente. Pero pretender encarnar al pueblo, como si este hablara con una sola voz, choca con el pluralismo de las sociedades democráticas. Hablamos de esta paradoja con Montserrat Herrero, profesora de Filosofía Política en la Universidad de Navarra e investigadora del Instituto Cultura y Sociedad.
– Los populismos de hoy aseguran conocer mejor que nadie los intereses del pueblo, hasta el punto de considerar prescindible la democracia representativa. “Las leyes no están por encima de la democracia”, decía hace unos meses Anticapitalistas, el sector más izquierdista de Podemos. En…
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