El 1 de febrero comienzan en Iowa las primarias de EE.UU., un proceso de varios meses en el que los votantes republicanos y demócratas elegirán al candidato que representará a su partido en las presidenciales de 2016. El interés por descalificar a los rivales ha propiciado una guerra de etiquetas. Pero la campaña también ha servido para tomar el pulso a las corrientes dominantes en cada partido.
Una de las etiquetas más usadas durante la campaña ha sido la de “populista”, epíteto que ha recaído principalmente sobre el republicano Donald Trump y sobre el demócrata Bernie Sanders. Pese a sus grandes diferencias ideológicas (y de formas), ambos comparten la visión de que es preciso devolver al pueblo parte del poder que han acaparado las élit…
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