Peter Seewald y la portada de su libro
Tras varios años de trabajo, Peter Seewald presenta Benedikt XVI. Ein Leben (“Benedicto XVI. Una vida”), su biografía magna sobre Joseph Ratzinger/Benedicto XVI. Magna no solo por su extensión –en la edición alemana, la única publicada hasta el momento, ocupa 1.184 páginas–, sino también porque corona una dedicación del autor alemán al cardenal Ratzinger primero, y al Papa Benedicto XVI después, de casi veinte años.
Desde la primera entrevista que mantuvo con el entonces prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe en 1992, para una semblanza con destino al suplemento de Süddeutsche Zeitung, ha publicado cuatro libros-entrevistas con él: La sal de la Tierra (1996), Dios y el mundo (2000), Luz del mundo (2010) y Últimas conversaciones (2016), además de una semblanza (Benedicto XVI. Una mirada cercana, 2005) y varios libros de fotografías. Se puede afirmar no solo que no existe ningún periodista que conozca mejor al Papa emérito, sino que será muy difícil que, en el futuro, un autor llegue a conocer tan a fondo a un Papa.
Por esto, la biografía “definitiva” que ahora ve la luz en el idioma original y que pronto se publicará en Italia, Francia, Polonia, España, Gran Bretaña y Estados Unidos, tiene un carácter muy especial, si bien –así lo recalca el autor en una entrevista con Die Tagespost– no se trata de una biografía acrítica por encargo: “Aunque le envié algunos capítulos antes de la publicación para que se formara una idea, no podría decir si le han gustado todos los capítulos. Una biografía no debe ser un escrito panegírico. Lo que me importaba era mantener abierto el acceso a una obra insustituible para la Iglesia y la sociedad… y llevar al lector a un viaje fructífero y apasionante desde el punto de vista tanto histórico como espiritual. Benedicto XVI es atemporalmente actual. Por esto, la biografía trata no solo de algo pasado o terminado, sino que –con el legado de una de las grandes personalidades de la Iglesia– contiene una orientación para el futuro”.
Algunos medios –como la plataforma católica norteamericana LifeSite y el periódico italiano Avvenire– han difundido principalmente un pasaje de la entrevista final, en las páginas 1074-1075, en el que el Papa emérito hace referencia a la “dictadura ideológica”: “La verdadera amenaza para la Iglesia, y por lo tanto para el servicio petrino, radica en la dictadura mundial de ideologías aparentemente humanísticas, a las que si uno se opone queda excluido del consenso social”. Concretamente, se refiere al matrimonio homosexual: “Hace cien años todo el mundo hubiera considerado absurdo hablar de él; hoy es excomulgado socialmente quien se oponga; lo mismo puede decirse del aborto y de la producción de seres humanos en laboratorio. La sociedad moderna está formulando un credo anticristiano, y oponerse a él se castiga con la excomunión social. El temor ante este poder espiritual del Anticristo es algo natural; se precisa realmente la ayuda de la oración de toda una diócesis y de la Iglesia universal para oponerse a él”.
En la entrevista anteriormente mencionada, Seewald se refiere principalmente, por un lado, a la formación del teólogo Ratzinger: “Se consideraba a sí mismo como un teólogo progresista; ahora bien, ser progresista se entendía entonces de un modo completamente distinto a hoy: como el esfuerzo por una evolución continua partiendo de la tradición y no como empoderamiento a través de creaciones propias arbitrarias”. También trata de las relaciones del joven Joseph Ratzinger con Karl Rahner y Hans Küng: “Küng es, de hecho, el principal responsable de una fábula basada en manipulación y falsificaciones: sus acusaciones prepararon el camino a la caricatura del ‘gran inquisidor’. Entre otras cosas, es responsable de la leyenda del trauma y del cambio obrado en Ratzinger por la rebelión de 1968, algo que en la realidad no existió. En ningún momento dejó de intentar hacerle daño. Si los medios denominados líderes hubieran examinado críticamente sus calumnias, nunca se hubiera hablado de un cardenal panzer”.
En el prólogo, Seewald califica a Benedicto XVI de “Papa de toda una era”; en la entrevista, explica a qué se refiere: “Conoce las diferentes fases de la Iglesia en todo un siglo; desde la situación en la dictadura, la época de Iglesia popular… y como Iglesia en crisis en el mundo secularizado. Tendió puentes, animó el redescubrimiento de los Padres de la Iglesia e impulsó la modernización con el concilio, pero también advirtió tempranamente contra la falsificación del Vaticano II. Y sobre todo ha mostrado que la fe y la razón no se oponen, sino que son ramas del conocimiento que han de ir de la mano”.
El cardenal Gerhard Müller ha calificado –asimismo en Die Tagespost– la biografía de un “logro tanto para la teología como la historia”, pues no solo proporciona abundantes conocimientos, sino que muestra “aquello que realmente importa hoy, en la Iglesia y en el mundo”.