Durante una visita a Estados Unidos, el jefe de la comunión anglicana en Nigeria, el arzobispo Peter Akinola, ha ordenado y ha acogido bajo su jurisdicción al obispo Martyns Minns. Se crea así una Iglesia paralela para unir a los anglicanos que se oponen a la ordenación de obispos homosexuales y a la equiparación de las uniones de homosexuales con el matrimonio. Este paso consuma la escisión dentro de los episcopalianos, la rama anglicana de Norteamérica.
En febrero pasado, en la declaración de Tanzania, los primados de las 38 provincias anglicanas daban de plazo hasta el 30 de septiembre de 2007 para que los episcopalianos rectificaran su doctrina y su práctica respecto a la ordenación de homosexuales. El resto se comprometía a no acoger bajo su jurisdicción a las comunidades estadounidenses disidentes. Pero los episcopalianos rechazaron las obligaciones que imponían la citada declaración (ver Aceprensa 36/07).
La Iglesia anglicana en Nigeria ya había amenazado con la separación si los episcopalianos en América no volvían a las raíces bíblicas en estas materias. Y en diciembre, algunas comunidades episcopalianas de EE.UU. que rechazan la posición doctrinal sobre homosexualidad que ha adoptado la Iglesia Episcopaliana ,ya habían votado a favor de establecerse bajo la jurisdicción de Akinola.
Justo antes del viaje de Akinola a Estados Unidos, el primado de la comunión anglicana mundial, Rowan Williams, trató de evitar la escisión, pidiéndole que no realizase la programada ordenación en el seno de la Iglesia episcopaliana. Sin embargo, Akinola, una vez agotados todas las posibilidades de llegar a un acuerdo, procedió a la ordenación. Al ordenar a Minns y ponerlo como obispo y líder de las parroquias que desean conservar la moral tradicional, ha inaugurado de hecho una nueva comunión anglicana en Estados Unidos, independiente de la Iglesia episcopaliana de corte liberal en moralidad.
El tortuoso camino de la «liberalización» emprendido en Estados Unidos por la Iglesia episcopaliana, que inició la etapa más conflictiva con la ordenación como obispo de New Hampshire de Gene Robinson, públicamente declarado homosexual, ha provocado la ruptura. Los anglicanos de la comunión mundial habían pedido a los episcopalianos que reconsiderasen los pasos que habían tomado y así poder mantener la unidad.
Akinola y Minns han declarado que se sentían obligados en conciencia a satisfacer «la urgente necesidad de crear un espacio para los 2,3 millones de fieles, miembros de la Iglesia episcopaliana en Estados Unidos que desean mantenerse fieles a las enseñanzas de la Biblia». «Para nosotros esperar a otra reunión y otro tiempo límite para posponer lo inevitable, hubiera supuesto un daño para muchos fieles, que se verían perdidos en el proceso; así que para nosotros el asunto estaba ya bien claro: había llegado el momento de actuar», dicen.
La nueva Iglesia cuenta con importantes seguidores en Virginia, Fairfax (la iglesia presidida por el nuevo obispo Martyns Minns), Los Angeles, Chicago, Houston, Dallas, Atlanta y Nueva York, donde se encuentran muchos emigrantes nigerianos. Minns ha afirmado que tiene ya 30 parroquias y 50 clérigos en su diócesis.
Jide MartinsACEPRENSA