“¿Su Eminencia no sabe nada? Mire, la situación aquí es horrible”. El pasado 7 de octubre, el recién creado cardenal Mons. Pierbattista Pizzaballa, Patriarca latino de Jerusalén, se encontraba en su tierra natal, Bérgamo, con la agenda llena de compromisos, lo que le había impedido seguir las noticias.
“Apenas había pasado una semana desde el Consistorio en el que el Papa Francisco me había creado cardenal. La semana había transcurrido en celebraciones y fiestas en Italia, nada hacía prever las cosas horribles que sucederían pocos días después”, contaba a L’Osservatore Romano en una reciente entrevista. La llamada de uno de sus colaboradores desde Jerusalén fue el primer despertador. En cuanto se dio cuenta de lo grave de la situación, orga…
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Un comentario
Excelente información. Gracias