Directora: Betty Thomas. Guión: Susannah Grant. Intérpretes: Sandra Bullock, Viggo Mortensen, Dominic West, Elizabeth Perkins, Steve Buscemi, Marianne Jean-Baptiste. 104 min. Jóvenes-adultos.
En los últimos años, la carrera como actriz de Sandra Bullock ha estado marcada por varias películas del montón (Prácticamente magia, Las fuerzas de la naturaleza, Siempre queda el amor) y por algún que otro batacazo (Speed 2, Blanco perfecto). Ahora recupera un poco el norte en 28 días, ágil tragicomedia que ha gozado de un notable éxito de taquilla en Estados Unidos.
El sólido guión de Sussannah Grant -autora también de Erin Brockovich- desarrolla la fórmula típica de las modernas comedias románticas pero en el dramático ámbito psiquiátrico de filmes como Alguien voló sobre el nido del cuco o Inocencia interrumpida. Precisamente a un centro de desintoxicación y rehabilitación de todo tipo de adicciones llega la protagonista, Gwen, una joven escritora que ahoga sus traumas infantiles en alcohol, drogas y sexo, siempre alentada por su frívolo novio. Un juez ha condenado a Gwen a pasar 28 días en dicho centro, dirigido por un psicólogo implacable, después de que la chica arruinara la boda de su hermana. Su entrada en la clínica es traumática, pero el trato con los demás internos, el esbozo de romance con uno de ellos y el examen cada vez más sereno de su propia vida, harán ver a Gwen que su desenfreno hedonista no es «una forma de vivir sino de morir».
Varios personajes resultan un poco tópicos, se incluyen un par de escenas y bastantes diálogos de mal gusto, y algunos de los métodos de rehabilitación abren las carnes por su infantil sensiblería, hasta el punto que acercan peligrosamente la película al ámbito de los telefims de sobremesa. Sin embargo, la crítica que hace al escapismo hedonista es bastante lúcida, y se articula a través de la fluida realización de Betty Thomas (Partes privadas, Dr. Dolittle), que dosifica muy bien los llantos y las risas, y saca partido a las buenas interpretaciones de todo el reparto, y sobre todo de Sandra Bullock. Esta, sin renunciar del todo a su consolidada imagen de «buena chica, simpática y sencilla», desvela aquí su faceta más alocada.
Jerónimo José Martín