Un hombre alquila una habitación en un lujoso hotel de Nueva York, encarga una comida exquisita, abre la ventana, sale a la cornisa y se dispone a saltar.
Naturalmente, la historia tiene muchas ramificaciones relacionadas con el pasado de un policía y su empeño por demostrar su inocencia en un caso turbio. Todo es inverosímil, pero se hace creíble gracias al buen hacer del realizador danés Asger Leth, que sabe dar a la historia el tono y ritmo adecuados, consciente de que no se trata de un thriller serio sino de un puro entretenimiento en la línea del crimen perfecto o de la perfecta evasión.
Leth junta un reparto digno sin salirse de presupuesto, con una buena relación calidad-precio. Los actores hacen amena una película que es buen cine d…
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