Director y guionista: Santiago Amigorena. Intérpretes: Juliette Binoche, Sara Forestier, Tom Riley, John Turturro, Mathieu Demy. 110 min. Jóvenes-adultos. (VX)
El argentino Santiago Amigorena debuta con esta coproducción europea ambientada en París y Venecia, antes de los atentados del 11-S. Una ex agente del servicio de inteligencia francés, ahora dedicada a formar espías, recibe una llamada de un buen amigo, agente de la CIA, que le pide un favor. El norteamericano (Nick Nolte), perseguido y en grave peligro, quiere reunirse con su hija y con el hijo de su segunda mujer.
Lo que inicialmente podría parecer una película de género -un parsimonioso «thriller» de espías- se convierte rápidamente en un drama metáforico de cocción lenta. Amigorena utiliza el enconado enfrentamiento entre la resentida hija francesa que odia a su padre y el hijastro norteamericano que lo admira para poner en evidencia el desvarío de la política norteamericana en general y de sus servicios secretos en particular.
Amigorena, avalado por el prestigioso productor portugués Paulo Branco, ha contado con unos actores magníficos, liderados por una gran Juliette Binoche, enfrentada a un psicópata, asesino a sueldo (John Turturro, que se autoparodia sin rubor). La puesta en escena tiene fuerza y hay tensión. El problema es que la película es muy irregular y se estanca con frecuencia al no encontrar el equilibrio que evite la confusión entre los géneros implicados que hemos mencionado más arriba. El recurso a un idilio entre los jóvenes para simbolizar la relación amor-odio entre EE.UU. y Francia no termina de funcionar. Hay una acusada tendencia a esa pedantería petulante de buena parte del cine serio francés.
Alberto Fijo