Después de la muerte de Chadwick Boseman, el actor que interpretó a T’Challa, el Black Panther de la primera película, Wakanda Forever arranca con su funeral ficticio, durante unos minutos que son un auténtico homenaje a su persona. Toda la película lo es. En el trono, sustituye a T’Challa su madre, que mantiene el pulso con los países que aspiran a hacerse con el vibranium. Pero un desconocido pueblo submarino poseedor, también, de este mineral comienza una guerra, y pone en peligro la integridad, no solo de la reina, sino de todo Wakanda.
Las más de dos horas y media juegan muy poco a favor de la película. Hay tanto interés en homenajear a Boseman, que le cuesta mucho arrancar y no hay ningún personaje que realmente lidere la historia. Y eso, a pesar de que alguno, como la princesa Shuri, está bien dibujado. En general, el filme es mucho ruido y pocas nueces: grandes secuencias de acción y momentos muy dramáticos, pero con un guion lleno de altibajos, que llega a aburrir.
La nueva historia de Marvel gustará a los fans del personaje Black Panther, eso sí; pero cansará a los del MCU que aún están en el culmen apoteósico de Endgame: tan alto, que han pasado la Fase 4 como la más olvidable de todas. Veremos si consiguen despegar a partir de la siguiente.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv