Me temo que Michael Moore sea mal comprendido fuera de su país y que por estos lares parezca un personaje nada americano, cuando es un producto típico de Estados Unidos. Lanzado a la fama en Europa con Bowling for Columbine, parece un payaso dedicado en cuerpo y alma a criticar a los republicanos y ensalzar a los demócratas de su país; y no cabe duda de que tiene algo de eso.
Pero es mucho más, y lo cierto es que sus dos últimas películas, Sicko -que pasó inadvertida- y la actual, son obras interesantes que han sido mucho mejor acogidas en su país que la más controvertida Fahrenheit 9/11.
Capitalism: A Love Story habla de la crisis económica y de la situación social en Estados Unidos, de ricos muy ricos y de pobres muy pobres; cuenta cosas …
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