El gallego Rodrigo Cortés debuta en el largometraje con esta comedia ácida sobre el capitalismo, la usura bancaria y el lado oscuro de la sociedad de consumo.
Martín, profesor asociado de Historia de la Economía, ha ganado un concurso televisivo, y el premio consiste en 3 millones de euros en regalos: un yate, una casa solariega, una avioneta, coches Tras la euforia inicial, Martín y su novia se dan cuenta de que el presunto premio es en realidad una ruina que puede acabar con sus vidas.
La película tiene un estilo parecido a «Smoking Room», aunque en un formato narrativo mucho más barroco y experimental, con saltos en el tiempo y un uso insólito de la foto fija. Combina un humor surrealista y muy hilarante con una tragedia progresiva y fatalista.
Leonardo Sbaraglia y Chete Lera son parte de un reparto obligado a hacer interpretaciones tan histriónicas como eficaces. Esta interesante y cáustica película, que tiene guiños caprianos, merecía un final más redondo: sin eso, resulta más una pataleta (¿demagógica?) que una lúcida crítica social.
Juan Orellana