Una leyenda de la música country, Nelly Kunter, se vino abajo e intenta superar su alcoholismo y volver a los escenarios.
Si hay algo que no puede decirse de esta película es que brille por su originalidad. Shana Feste (El mejor) dirige un drama musical con todos los clichés del género: vidas al borde del precipicio, luchas de egos, amores a tres y cuatro bandas, dramas desgarrados y lágrimas, muchas lágrimas. En este sentido, el resultado de Country Strong está a años luz de En la cuerda floja o Corazón rebelde.
Dicho esto, para que nadie se llame a engaño, parece claro que la cinta es muy entretenida. Tiene una música estupenda y Gwyneth Paltrow –en un papel muy dramático– demuestra que es una gran actriz, que canta bastante bien y sabe moverse en un escenario.
Además, al margen de los tópicos, interesan los personajes secundarios que parecen no tanto músicos como boxeadores peleándose todo el día con la vida, con sus sentimientos, con sus defectos, con sus límites, sus aspiraciones y sobre todo con ellos mismos.
Habrá quien diga que la película no pasa de ser un correcto telefilm con un bienintencionado discurso sobre el alto precio de la fama. Y quizás sea así. No lo negaré pero, de vez en cuando, qué bien te lo pasas viendo un telefilm en pantalla grande.