Una familia decide pasar las fiestas navideñas en su casa de la montaña. En el camino recogen al abuelo, que vive en una residencia. Pero no es un abuelo normal: tiene poderes mágicos. En la línea de la última cinta de Paco Arango, Fernando Colomo nos ofrece una comedia familiar que reflexiona sobre la educación que estamos dando a nuestros hijos, la importancia de los abuelos, los riesgos de las tecnologías y el valor de la comunicación. A pesar de la presencia de Dani Rovira o José Sacristán, que resultan bien en su papel, la película no cuenta con un guion demasiado solvente ni la interpretación de la niña coprotagonista llega a convencer.
A pesar del carácter navideño de la historia, en la iconografía del film no aparece ninguna alusión a la naturaleza cristiana de esas fiestas, y la “magia” ocupa el lugar de la celebración de la Encarnación. Pero a pesar de sus evidentes defectos, los más pequeños podrán disfrutar y los mensajes que recibirán son positivos.