Director y guionista: Mike Leigh. Intérpretes: Imelda Staunton, Phil Davis, Richard Graham, Eddie Marsan, Anna Keaveney, Alex Kelly, Daniel Mays. 124 min. Adultos.
El inglés Mike Leigh («Secretos y mentiras», «Todo o nada») retorna a su tono más ideológico y sectario en esta apología del aborto, disfrazada con vistoso traje de época, ya que la acción se desarrolla en el Londres de 1950. La película ganó el León de Oro y la Colpa Volpi a la mejor actriz en Venecia 2004, y optaba a tres Oscar, que no ha logrado.
Vera Drake es una sacrificada ama de casa, esposa amante, solícita madre de un hijo y una hija ya mayores, y generosa asistente de enfermos y necesitados. Su admirable y pacífica existencia da un vuelco radical cuando se desvela que ayuda a «chicas con problemas, que quieren normalizar su ciclo menstrual». O sea, que las ayuda a abortar.
Resultan tramposos los idílicos perfiles de la familia de Vera y de los policías, que la investigan casi con pesar. Son excesivos los rasgos de esas mujeres «liberadas» que se forran a costa de Vera. Son artificiosas esas ricas familias que solucionan los deslices de las chicas recurriendo a médicos y psiquiatras sin escrúpulos. Y es descaradamente falso el propio retrato de Vera Drake, una mujer encantadora y hasta piadosa, que nunca tiene dudas de conciencia y que pasa de la firmeza resolutiva de un cirujano del corazón a la postración lastimera de un cachorro apaleado.Son tramposas en fin, su sórdida visión de las familias numerosas y su ausencia de referencias a las iglesias organizadas, como si no tuvieran nada que decir de ese silencioso genocidio al que la película nunca llama por su nombre. De modo que la indudable calidad de la puesta en escena de Leigh, y la emotividad de su dirección de actores quedan en nada, pues sirven a un guión manipulador y tendencioso, aunque tan sutil que deja a Amenábar y a su «Mar adentro» como rudos agitadores o toscos aprendices de brujo.
Jerónimo José Martín