Una empleada extranjera de la mayor panadería de Jerusalén muere en un atentado contra un autobús. Un periódico descubre que nadie en la empresa se había dado cuenta de su falta. La dueña de la empresa encarga a uno de sus directivos que se ocupe del asunto.
El israelí Eran Riklis (La esposa siria, Los limoneros) adapta una novela tragicómica que pone de relieve la importancia de no pasar de largo ante el dolor ajeno, especialmente cuando se vive en un país tan castigado por la violencia y el odio. Un viaje a Rumanía, lleno de peripecias estrafalarias, servirá para que el protagonista se pregunte por el sentido de la vida. Bien rodada e interpretada, es una farsa de buen nivel, en ocasiones premiosa y reiterativa.