Peter es un niño que se ve obligado a dejar su habitación porque su abuelo Ed, enviudado recientemente, se va a vivir con la familia. A pesar de todo, Peter no está dispuesto a dejar las cosas así y, con la ayuda de sus amigos del colegio, declara la guerra al abuelo, única manera de recuperar lo que es suyo.
Estamos ante ese tipo de comedia familiar que, en los 90, tanto éxito cosechó, gracias a Solo en casa. El problema es que, a pesar de que tiene algunos gags divertidos y un buen mensaje pacifista, En guerra con mi abuelo se queda en mucho ruido y pocas nueces. Es verdad que Robert de Niro y Uma Thurman se esfuerzan por dar cuerpo a la historia, pero apenas hay una trama lógica que los sostenga. Y, por más referencias a películas que encumbraron al actor neoyorquino –como la de la cabeza de caballo en la cama, de El Padrino–, el resultado final es una historia para pasar el rato.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv