Dos grandes amigas, Becky y Hunter, escaladoras de riesgo, deciden subir una antigua torre de televisión de seiscientos metros de altura para superar un trauma y, de paso, conseguir cuantos más likes, mejor.
Fall tiene todos los ingredientes para atrapar al gran público. Con un presupuesto de tan solo tres millones de dólares –que ya ha conseguido triplicar en ingresos de taquilla–, Scott Mann dirige con buena mano, dejando al espectador pegado a la butaca hasta el final, provocándole verdadero vértigo. No obstante, la historia es floja y, a medida que avanza, cada vez más inverosímil.
Por otro lado, lo que podría haber sido una buena crítica a la “cultura de los likes”, acaba con un mensaje ambiguo que parece aplaudirla y, por lo tanto, ju…
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