Marta y Sean (Vanessa Kirby y Shia LaBeouf) son una joven pareja a punto de tener su primer hijo. Por voluntad propia quieren tenerlo en casa con ayuda de una comadrona. Así arranca una vida nueva para los protagonistas de la película, que son pocos y sufridores.
Kornél Mundruczó (Hungría, 1975) es uno de los niños mimados de ese planeta aparte que forman los festivales de cine. Ha sido tres veces seleccionado en Cannes, donde obtuvo en 2014 el premio a la mejor película de la sección “Un Certain Regard” con la indefinible White God. En 2017 ganó el Festival de Sitges con Jupiter’s Moon, una muy criticada y original película de ciencia-ficción. Con Fragmentos de una mujer cambia de registro y mantiene su impecable dirección de actores, el acierto indudable en el casting y su habilidad con el plano secuencia.
Precisamente el inicio de la película está rodado de manera continuada con un plano de 23 minutos casi insoportable de ver por el dolor que transmite en cada fotograma. Vanessa Kirby, actriz londinense mundialmente conocida como la hermana díscola de la reina Isabel en The Crown, se apodera de la película con un trabajo formidable de sensibilidad en el que destaca la contención en la gestualidad. También destaca la aportación dramática de Shia LaBeouf que construye un personaje conmovedor a lo largo de toda la película.
El metraje es excesivo, especialmente porque el cineasta húngaro y su guionista habitual Kata Wéber tienen tanto talento para plantear los conflictos dramáticos como carencias en el desarrollo y la conclusión. En esta ocasión tienen la ayuda de dos personajes secundarios brillantes en el libreto y la interpretación de la partera (Molly Parker, la madre de la serie Perdidos en el espacio) y la abuela (la veterana Ellen Burstyn, ganadora de un Oscar por Alicia ya no vive aquí).
La película tiene momentos de gran cine, aunque este intenso drama de maternidad ha sido desarrollado con mucho más talento en algunas de las obras maestras del siglo XXI como Gravity, La desaparición de Eleanor Rigby o La llegada. El cineasta húngaro sigue destacando por su atrevimiento visual, pero se pierde en las ramificaciones con una visión de la sexualidad puntual pero perversa, que perjudica mucho al personaje interpretado por una actriz estupenda: la australiana Sarah Snook, una de las grandes revelaciones de la premiadísima serie La sucesión.
A estas alturas parece evidente que Vanessa Kirby estará junto a Olivia Colman (El padre) y Frances McDormand (Nomadland) en el quinteto final de las nominadas al Oscar.