Licenciado en Periodismo, Mateu Adrover se formó como realizador en los servicios informativos de TVE y en The American Film Institute, en Los Ángeles. Desde su regreso a España, ha trabajado como guionista de cine y televisión. Fuerte apache es su primera películar como director y guionista, un drama social sobre los centros tutelares de menores. Un montón de adolescentes constituyen el reparto coral de este film que encabeza un estupendo Juan Diego al que acompaña la cantante Lolita Flores. La película es muy elemental y previsible en su guión, pero no por ello fallida. Es más bien una ópera prima correcta, que huye con acierto de la pedantería, y que hace un esfuerzo por acercarse dignamente a un asunto muy difícil de abordar.
«Fuerte Apache» habla de Santi, un hombre que recupera su marchita vocación educadora gracias a su relación con Tarik, un marroquí de 14 años que acaba de ingresar en el centro de menores de Barcelona donde él trabaja. Aunque la trama no se diferencia mucho de los films escolares o carcelarios tipo «Rebelión en las aulas», su novedad estriba en abordar la problemática de los centros públicos de menores: funcionarios que van y vienen, interinidades, incapacidad de frenar el descontrol en definitiva, la dificultad de que esos centros cumplan su misión educativa.
En ese sentido, la tesis clave de «Fuerte Apache» es correcta: al final, lo que necesitan los chicos tutelados es lo que les ha faltado siempre: que alguien les quiera. Cuando tienen ese amor entran en la rampa de la reconstrucción; tardarán más o menos en despegar, pero ya están en la pista. Este es el caso de Tarik, pero no de su hermano Ahmed. Y es que la diferencia estriba en el uso de la libertad de cada uno. No de la libertad para equivocarse, si para mirar a quien te quiere y volver a empezar.
Por eso los penúltimos planos del film en el espigón del puerto son sin duda los más verdaderos de toda la historia.
Juan Orellana