Godzilla es el monstruo más grande que ha campado a sus anchas sobre la faz de la tierra. Pero esta vez no está solo: ni más ni menos que otros dieciséis titanes como él quieren hacerse con el poder, dirigidos por el peor de todos ellos, Ghidorah, una enorme lagartija de tres cabezas… a no ser que Godzilla, el auténtico rey de los monstruos, consiga pararle los pies. Y esto es todo: una película espectacular –ideal para ver en la gran sala– y algo entretenida, en la que las demás historias son lo de menos. Previsible y para pasar el rato. Los personajes son muy planos y sin objetivos claros, y algunos aparecen y desaparecen con la misma rapidez con que cada uno de los titanes destruye ciudades enteras.
Es encomiable ver el esfuerzo de Millie Bobby Brown en su primera incursión en la gran pantalla, para hacer algo distinto a su papel protagonista en Stranger Things. Pero ni la dirección ni el guion ayudan a ello.