Guillaume tiene una madre tremenda. Posesiva y omnipresente, cáustica y brillante, tiene tres hijos varones. Para ella son Guillaume y los chicos. El espectador va comprobando que efectivamente la madre trata a Guillaume como a una chica. Y así los 85 minutos de una película en la que un comediante con muchas tablas se entrega a un tour de force para dilucidar, en un original e hilarante monólogo, quién es y por qué es como es. Y ya de paso lo que quiere ser.
Obviamente, el complejo edípico y la pretendida sexualidad difusa del protagonista es el tema que domina toda la película, en la que Guillaume va pasando por colegios, vacaciones, clínicas y teatros en una suerte de anamnesis vital que propicia situaciones divertidas, grotescas y chusc…
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