Dos jóvenes mochileras estadounidenses con sed de aventuras emprenden una ruta por Australia. Cuando se quedan sin dinero, deciden aceptar un empleo detrás de la barra de un pub en una abandonada localidad minera.
La joven cineasta australiana Kitty Green había demostrado en su anterior película, The Assistant, un buen manejo de la atmósfera. Ahora lo confirma en una cinta menos lograda y más simple en algunos de sus planteamientos, pero que también es sugerente. Las peripecias de dos jóvenes bastante pasadas de rosca le sirven a Green para poner sobre la mesa una crítica bastante lúcida a la frivolidad e hipersexualización de las relaciones, a la defensa de la liberación de la mujer desde el machismo más básico y a los demoledores efectos que tienen las adiciones en una comunidad. Green, en el fondo, habla de los perversos mecanismos de poder que se activan cuando el hombre se abandona a sus instintos más primarios.
Es cierto que la caracterización de algunos personajes masculinos cae en el estereotipo y que la visión de las relaciones de pareja es excesivamente negra; pero acierta Green en la denuncia y en el catártico final. Hay sistemas podridos que sólo se arreglan acabando con ellos. Y acierta Green apostando de nuevo por Julia Garner, una actriz excelente.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta