Película bienintencionada que trata de sensibilizar acerca de la discriminación que pueden sufrir los enfermos de SIDA mediante el caso más extremo: una niña inocente, cuya madre le ha transmitido el virus mortal.
Aunque algo didáctica y falta de garra, la historia ofrece ideas interesantes sobre la familia, la fidelidad, el amor a los hijos, la solidaridad con los que sufren… El film supera el aprobado, si bien el debutante Jesús Delgado es algo reiterativo en su narración. Los intérpretes infantiles actúan con notable desparpajo.
José María Aresté