Isabelle es guapa y feliz. Está enamoradísima de su novio, pero no quiere casarse con él. ¿El motivo? Desde hace generaciones, una maldición acompaña a todos sus antepasados, que no consiguen que su primer matrimonio acabe bien. Para evitarlo, Isabelle traza un plan: casarse primero con algún desconocido, divorciarse y casarse después con su novio, que es el hombre de su vida.
Este frívolo planteamiento no presagia nada bueno y, sin embargo, el autor de Los seductores ha rodado una comedia romántica bastante divertida, que –a pesar de la evidente distancia de calidad– bebe de la misma fuente que la comedia americana de los años 50 (los guiños a algunas de las más celebres películas de Hawks son evidentes): unos personajes bien interpretados…
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