Tras disfrutar por un tiempo de los numerosos placeres de Madagascar, los animales fugados del zoo de Nueva York deciden volver a la Gran Manzana. Pero su accidentado vuelvo termina abruptamente en plena sabana africana, donde el león Álex, la cebra macho Marty, la torpe jirafa Melman y la hipopótama Gloria se reencuentran con sus raíces y alguno hasta con sus familias.
Esta segunda aventura zoológica de DreamWorks ofrece una mejorada animación en 3D, y un guión más ágil y rotundo que su antecesora, sobre todo en su dramático flash-back inicial -en torno a la infancia del león Álex- y en sus constantes golpes de humor, entre los que destacan las geniales gamberradas de los pingüinos y las reivindicaciones laborales del sindicato de chimpancés. Elogio especial merece la excelente banda sonora de Hans Zimmer, con canciones y bailes pegadizos, y diversos homenajes cinéfilos a maestros como Leonard Bernstein (West Side Story) o Ennio Morricone (El bueno, el feo y el malo).
Sin embargo, los guiños del filme al público adulto son un poco toscos, y sus subtramas más dramáticas imitan descaradamente a otras películas, sobre todo a El Rey León, obra maestra de la Walt Disney que es homenajeada explícitamente. Queda, en todo caso, un divertido pasatiempo, que no rompe la cierta rutina creativa de DreamWorks, pero que gustará a un público muy amplio.