Hoy en día parece inevitable revisar y rehacer todos los clásicos de Disney en imagen real. No obstante, cuando se trata de adaptar una obra maestra como la original Pinocho, puede no salir bien. En esta nueva versión, prácticamente calcan la película animada de 1940, pero algo falla. No es una cuestión técnica: aunque en algunos momentos el CGI deja mucho que desear, está bien hecha. Además, tiene la magia esperada en un largometraje disneyano.
El dúo Zemeckis/Hanks nos ha ofrecido grandes obras, como Forrest Gump o Náufrago, o The Polar Express, con motion capture. En Pinocho, director y actor realmente dan vida al cuento de Collodi, pero les falta alma. No es una mala película: gustará, sobre todo, a los más pequeños, porque es bonita y emotiva, además de que, gracias a los medios actuales, es más espectacular que la clásica.
El problema es que ni las novedades añadidas ‒alguna canción y algún personaje‒, ni la adaptación del mensaje a un “buenismo” donde lo que importa son las intenciones consiguen poner la película a la altura de lo que merecía. Es precisamente el intento de actualización lo que la convierte en una historia más hueca y sin demasiada chispa.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv
