La reportera Ángela Vidal y su cámara, Scott, están acompañando a una unidad de bomberos. Una llamada nocturna les lleva a una casa del centro de Los Ángeles, donde se han oído unos gritos desgarradores. Al llegar allí descubren que algunos inquilinos han sido afectados por un virus desconocido que les convierte en una especie de zombies, insensibles y agresivos. Antes de que puedan darse cuenta de lo que sucede, las autoridades precintan la casa y nadie puede salir.
El principal mérito y originalidad de esta película -más bien el de los realizadores españoles Balagueró y Plaza, autores del guión de [REC], que esta cinta copia descaradamente- es contar la historia con una sola cámara, en directo, inspirándose en la fórmula de la famosa El proyecto de la bruja de Blair, que registraba en primera persona los miedos de los adolescentes. En el caso presente, a los miedos subjetivos se añaden los sustos continuos y habituales que pueblan las historias de zombies o de infectados, como en 28 días después.
Para quienes hayan visto la película original, Quarantine parecerá una copia sin interés; para quienes no conozcan la película española, descubrirán un filme de terror entretenido -si les gusta el género-, original y bien hilvanado, que proporciona los sustos que promete.
