Esta impactante y solvente producción alemana ha sido una de las candidatas al Oscar a la película en lengua no inglesa. Cuenta, de principio a fin, la historia del grupo terrorista Fracción del Ejército Rojo, también conocido como Banda Baader-Meinhof, por los apellidos de sus dos principales líderes, una insatisfecha periodista casada y madre de dos gemelas, y un despótico delincuente común.
Una vez más sorprende la madurez de algunos guionistas y realizadores alemanes para afrontar con sentido común asuntos muy dolorosos de su pasado reciente. La película, a ratos cruda e incómoda al mostrar el comportamiento libertario de unos fanáticos desencantados, es interesantísima.
Hay en esta película un retrato bastante cabal -sin complejos y trascendiendo simplificaciones y tópicos- de las clamorosas incoherencias y miserias de unos fanáticos empachados del espíritu de mayo del 68 y autoerigidos en mesiánicos libertadores de una opresión que consideran intolerable. Gente que solo cree en la democracia cuando se somete incondicionalmente a sus puntos de vista. Todo eso está en el gran guión de Bernd Eichinger (El hundimiento), adaptación de la novela de Stefan Aust sobre el rastro de muerte (34 asesinatos) y destrucción que dejó este grupo, inspirado en el modus operandi de los Tupamaros y otras guerrillas urbanas.
Con un cuidado diseño de producción, que reconstruye con gran verismo distintos sucesos bien conocidos por los reportajes televisivos, Uli Edel imprime a la película un ritmo que sabe acelerar y frenar según interese. Consigue esquivar la tentación de idealizar a los personajes y logra algunas escenas verdaderamente memorables como la manifestación con motivo de la visita del Sha de Persia o el multitudinario mitin en el que se corea a Ho Chi Minh.
Los grandes actores protagonistas soportan muy bien a unos personajes que hubieran desfondado a intérpretes menos experimentados.