Regreso a Raqqa se cierra con un emotivo recuerdo a seis periodistas que murieron decapitados después de un larguísimo secuestro en Siria. El corresponsal de El Periódico de Cataluña, Marc Marginedas, consiguió sobrevivir al secuestro y es el protagonista de este documental que narra los angustiosos días de cautiverio y la difícil superación de un suceso tan traumático.
Albert Solé dirige un magnífico documental que reconstruye esos meses a partir de valiosos testimonios, no solo el de Marginedas, sino también el de otros supervivientes y sus familiares. Son vivencias sobrecogedoras, de un dramatismo insoportable y que, sin embargo, están narradas desde la contención, el realismo, la admiración hacia los compañeros, la humanidad y la profunda convicción de que el periodismo, si se ejerce con sentido de servicio, puede ser un arma eficaz ante la sinrazón de la guerra y el fanatismo.
Cinematográficamente hablando, hay que alabar un guion medido, que sabe contar la historia sin detalles excesivos, pero dando paso a los personajes fundamentales y un recurso a la ilustración –porque, evidentemente, no hay imágenes de muchas cosas que se cuentan– sumamente eficaz. Por otra parte, y sin caer en la pornografía sentimental, el documental tiene momentos francamente emotivos que funcionan como contrapunto de una narración que, desde el punto de vista del tono y como consecuencia de ese alejamiento de todo amarillismo, podría parecer algo fría. En definitiva, un gran documental que además alimenta el deseo de no pasar página sin tratar de entender un poco mejor la historia de estas primeras décadas del siglo XXI.
Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta
