Cuando Jeff Bailey era detective, le encargaron encontrar a una mujer que había pegado unos tiros a su poderoso amante. Han pasado unos años, y Jeff tiene una gasolinera en un pequeño pueblo.
Tourneur logró una de las cimas del cine negro con esta magnética historia rodada con un aplomo que aún hoy sorprende, después de haber visto tantas obras maestras de ese género que ha sido cantera de tantos buenos actores.
Quizás más que ninguna otra de las suyas, Retorno al pasado, estrenada en 1947, es ilustrativa de la que podría ser la divisa de Tourneur: menos es más. Me explico: Tourneur llegó a Estados Unidos con 13 años, de la mano de su padre, también director. Y aprendió el oficio a pie de obra, haciendo muchas tareas distintas en un gran número de películas. A una pericia que salta a la vista, se unieron una extraordinaria sensibilidad y un instinto cinematográfico muy desarrollado que le permiten usar recursos modestos para lograr resultados sorprendentes en lo que llamamos cine de género. Y en ese sentido, esta película es única.
La música de Roy Webb (Encadenados) ambienta muy bien esta historia de un hombre duro y blando, hasta cierto punto atrapado por su pasado, que ama a dos mujeres antitéticas. Gran director de actores, Tourneur logra de ellos registros muy matizados.