Corría el año 1986, cuando un director inglés de 40 años, Roland Joffé, estrenó La Misión en el festival de Cannes. La película no estaba escrita por cualquiera. Robert Bolt (1924-1995), lo era casi todo: suyos eran los libretos de Lawrence de Arabia, Doctor Zhivago, Un hombre para la eternidad y La hija de Ryan.
La historia de dos jesuitas con trayectorias y mentalidades contrapuestas en las Reducciones del Paraguay en el siglo XVIII gustó mucho al jurado presidido por Sidney Pollack, que le concedió la Palma de Oro y el gran premio técnico. La sección oficial de esa edición no fue floja. Otras películas premiadas en esa edición fueron Sacrificio de Tarkovski, Thérèse de Cavalier y After Hours de Scorsese.
En los Oscar, La Misión ganó el premio a la fotografía (Chris Menges) y optó a seis premios más, incluidos película y director. Fue el año de Oliver Stone, que triunfó con Platoon.
Un triunfo para empezar
Pero, ¿quién era Joffé?, ¿cuál había sido su trayectoria? Nacido en Londres en 1945, en el seno de una familia judía, se educó primero en el Liceo Francés Charles de Gaulle de Londres y luego en Carmel College, el único internado judío en Europa. Sus estudios universitarios los hace en Manchester. Empieza a trabajar en televisión en una popular serie de la BBC, Coronation Street, a principios de los años 70. En 1977 logra un buen éxito al dirigir la adaptación para la televisión de la obra teatral The Spongers, dentro de la serie Play for Today. Con simpatías por las posiciones políticas de izquierda, Joffé muestra interés por la religión y la justicia social. Es agnóstico.
Roland Joffé, 66 años, con un comienzo fulgurante a mediados de los 80, problemas en los últimos 80, crisis abierta en los 90 y alguna película muy mala en la primera década del siglo, resucita en 2011 con una gran película, una poderosa historia de amor, odio y perdón en la Guerra Civil española, que prolonga sus consecuencias y efectos colaterales hasta 1982, mientras ofrece un retrato vivaz de un santo muerto en 1975 y canonizado en 1992.
Algunos afirmaron que Joffé nunca fue un director solvente y que, separado de la fotografía poderosa del ahora director Chris Menges, de las melodías pegadizas de compositores como Morricone y Oldfield y de la tutela del sagaz productor David Puttnam, se desvanecía o al menos se convertía en un director mediocre. Y parecía cierto… hasta ahora. Veremos qué pasa con Singularity, la película que, con 27 millones de dólares de presupuesto, rueda Joffé en Australia y la India, con Josh Hartnett, Olga Kurylenko y Bipasha Basu como protagonistas de una historia épica de amor imposible, que viaja en el tiempo desde 2020 hasta 1778.
Encontrarás dragones está producida por los españoles Ignacio Gómez Sancha e Ignacio Núñez, dos neófitos en el negocio del cine procedentes del mundo de las finanzas, que han sabido reunir a un centenar de inversores para llegar a los 30 millones de euros de presupuesto que ha requerido una película de bella factura. Cuenta una historia apasionante que protagonizan Josemaría Escrivá, un sacerdote de 34 años, fundador del Opus Dei, rodeado de un pequeño grupo de jóvenes que le siguen, y Manuel Torres, una víctima que se convierte en verdugo.
El cine, como la vida que representa, está lleno de sorpresas. Nunca es tarde para volver a empezar. Y eso es lo que ha hecho Roland Joffé, un director que vuelve a brillar gracias a su talento, a las reservas de buenas y malas experiencias acumuladas y a unos productores que confiaron en él cuando les dijo que haría una gran película, si le dejaban que fuera su película.
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