Salvaje recuerda en cierta manera el argumento de dos grandes películas: Un día de furia (1993), de Joel Schumacher, y El diablo sobre ruedas (1971), la ópera prima de Steven Spielberg. Pero esta vez el hombre enfadado con la humanidad es aún más violento e irracional, y todo explota en su interior cuando una madre joven que ha tenido un mal día le increpa en la carretera con un uso agitado del claxon.
Russell Crowe es un actor prodigioso y consigue darle una cierta humanidad a un personaje tremendamente violento. El guion se esfuerza en tomarse su tiempo para preparar los momentos de tensión, que son pocos, pero brutales. La película funciona mejor cuando sugiere que cuando muestra. Un entretenimiento muy justo de talento y dirigido a un p…
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