Cuidada superproducción de Hong-Kong en torno a la amistad entre un inglés y un chino en el Shanghai de la primera mitad de siglo, marcado por las luchas entre bandas mafiosas y por la posterior invasión de la ciudad por las tropas japonesas.
Leong Po-Chih muestra su formación británica en una meticulosa y eficaz puesta en escena -a veces muy espectacular- que sólo decae un poco en la parte central de la película. Parece evidente su admiración por el film de Steven Spielberg El imperio del sol, del que copia descaradamente toda la secuencia de la invasión japonesa de Shanghai.
Por el contrario, Po-Chih se muestra demasiado oriental -por lo hermético- al tratar el abismo cultural entre Oriente y Occidente o la decadencia moral del colonialismo. Así, los personajes resultan distantes, a pesar de que las interpretaciones son bastante buenas. Preside la película un tono amoral y violento, que resulta muy desagradable en algunas situaciones aisladas.
Jerónimo José Martín