Siete almas

GÉNEROS

PÚBLICOJóvenes-adultos

CLASIFICACIÓNSexo

ESTRENO18/12/2008

Hace dos años el actor Will Smith y el realizador italiano Gabriel Muccino (Historia de un beso) consiguieron conmover al público con un emotivo drama de superación personal. Además, En busca de la felicidad dio a Smith la posibilidad de aspirar por segunda vez al Oscar a actor protagonista.

En Siete almas el tándem Muccino-Smith repite la fórmula con menor fortuna. La película tiene un problema serio porque su gran baza acaba siendo una trampa. Muccino consigue mantener la intriga durante todo el metraje apoyándose en un montaje fragmentado del responsable de Crash, Hughes Winborne. Las correctas interpretaciones, un calculado buen ritmo y una sólida producción llevan de la mano a un espectador que agradece que eso que le están contando -y que no sabe muy bien qué es- se lo estén contando tan bien. Hasta aquí perfecto.

El problema aparece cuando el espectador descubre que este montaje de altos vuelos, esta correctísima producción, este buscar tenazmente la empatía están al servicio de una historia tan llena de buenas intenciones como inverosímil, artificial, simple y moralmente confusa.

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