Un joven director de cine y un curtido productor se disponen a rodar una película en Bolivia cuando estalla la Guerra del Agua, un conflicto que enfrentó en enero de 2000 a los campesinos de Cochabamba con el ejército.
Sobre el papel, También la lluvia es un proyecto que podría sonar a irrealizable, por exceso de ambición. Hace falta valentía para lanzarse a rodar una superproducción que, como una muñeca rusa, contiene tres películas: un interesante film de revisión histórica, una sugerente reflexión metacinematográfica y un emotivo drama humano de personajes.
El primer premio hay que darlo al sólido guión de Paul Laverty, guionista habitual de Ken Loach y marido de Icíar Bollaín. Su trabajo roza la perfección, y lo que podría haber sido un…
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