Cristofuoro es un veterano policía convencido de que Eric Komenko, un joven parricida que acaba de salir de la cárcel, es en realidad un asesino en serie. Por este motivo decide seguirle los pasos. Igual que Lori, una extraña adolescente que se siente irremediablemente atraída por el asesino.
Estos tres extraños personajes sostienen una historia que, bajo su aparente estructura de thriller, esconde un relato tan inconexo y vacío como enfermizamente morboso. El australiano John Polson (El escondite) pretende hacer un análisis de cómo el dolor y el placer mueven al ser humano.
Ambicioso objetivo para una cinta que no consigue más que unas cuantas frases ampulosas enlazadas enigmáticamente -o quizás arbitrariamente- y envueltas en una atmósfera asfixiante. Ni siquiera el solvente Russell Crowe consigue elevar una cinta que se distingue muy poco de un telefilm de sobremesa.