The Chosen, cuarta temporada

The Chosen, la famosa serie sobre la vida de Jesucristo, sigue batiendo récords, y ha dejado de ser una sorpresa para convertirse en un producto absolutamente consolidado: lleva más de 600 millones de visualizaciones en 200 países, y está subtitulada en 62 idiomas. En total, se prevén siete temporadas, con un total de 50 capítulos. Se estrena ahora la cuarta, que trae varias novedades. La principal es que los productores han decidido proyectarla primero en salas de cine, antes de su salto a las plataformas. Dallas Jenkins, creador y director de la serie, lo ha explicado así: “Cada vez que nos hemos sumergido en el mundo del cine, los espectadores nos han dicho de forma abrumadora que quieren más. Después de ver los episodios de la cuarta temporada, sabíamos que haríamos un flaco favor a nuestros fans si les negábamos la oportunidad de verlos todos en pantalla grande, con otras personas con las que puedan reír y llorar”.

La realidad es que el público le ha dado la razón porque, en su primer fin de semana, la serie recaudó casi 8 millones de dólares. Durante el resto del mes de febrero la serie se seguirá proyectando en cines, y posteriormente se podrá ver en plataformas. En España se estrenarán en salas los dos primeros capítulos de esta nueva temporada, el 16 y 20 de febrero. Cada uno de los estrenos se acompañará de un coloquio online con el creador de la serie, Dallas Jenkins. 

El paso a la pantalla grande está más que justificado. En primer lugar, porque el salto de calidad en la producción, que ya se vio en la tercera temporada, se consolida. La iluminación, el vestuario y la escenografía no tienen nada que ver con los de la primera temporada, sin dejar de ser una producción ajustada a un presupuesto que se apoya principalmente en el crowdfunding (aunque cada vez más generoso). Además, los episodios han ganado en duración: por ejemplo, el metraje del segundo supera los 90 minutos, que es el habitual en muchas películas. 

El primer capítulo de esta cuarta temporada cuenta el martirio de Juan el Bautista, y destaca por la notable recreación del famoso banquete de Herodes y el baile de Salomé (el modo de rodar los ensayos de la bailarina revela bien el salto de nivel en producción y edición). Es un episodio en el que apenas aparece Jesús, pero que plantea los conflictos políticos que van a ser definitivos en esta cuarta temporada. 

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El segundo recrea el denominado “primado de Pedro”, el momento en que Jesús elige a Simón como líder del grupo de los apóstoles y le cambia el nombre para que sea “piedra” de su iglesia. En este capítulo destaca la subtrama –imaginada por los guionistas, pero coherente con algunas frases del Evangelio– de una cierta rivalidad y envidia del resto de los apóstoles, incluso con quejas al propio Jesús de alguno de ellos, al que no le hace ninguna gracia que un hombre tan temperamental y con evidentes debilidades vaya a ser el jefe. Se percibe aquí una de las grandes bazas de la serie: ser capaz de acercar el evangelio a las situaciones diarias que puede experimentar cualquier hombre o mujer del siglo XXI. 

Las interpretaciones son correctas, e incluso notables en algunos casos. Jonathan Roumie, el actor que encarna a Jesús, quizás no destaca al hablar –los discursos pueden sonar un poco “despegados”–, pero es un actor muy natural y con muchísima personalidad en su expresión gestual; algo que supone sin duda un acierto de casting en una serie que pretende acercar el Evangelio a gente que quizás nunca ha leído un versículo.

Ana Sánchez de la Nieta
@AnaSanchezNieta