The HolidayDirectora y guionista: Nancy Meyers. Intérpretes: Cameron Diaz, Kate Winslet, Jude Law, Jack Black, Eli Wallach. 135 min. Jóvenes-adultos. (SD)
Iris, una reportera londinense con mal de amores. Amanda, una californiana propietaria de una agencia de publicidad, adicta al trabajo, que acaba de romper con su novio. Ante la perspectiva de pasar las Navidades solas, y para recuperar un poco la cordura tras sus respectivos fracasos afectivos, deciden tomarse unas vacaciones lo más lejos posible de su residencia habitual mediante el sistema de «intercambio de casas»: la mansión de Amanda en Los Ángeles y la casita de Iris cerca de Londres.
La cuarta película de Nancy Meyers («Tú a Londres, yo a California», «¿En qué piensan las mujeres?», «Cuando menos te lo esperas») es una lección de amor a la comedia romántica clásica. Lección porque sigue fielmente las reglas del género, porque incluye varios «homenajes» a las comedias de los treinta y cuarenta, y porque una subtrama incorpora a la historia a Arthur (Eli Wallach), encantador nonagenario, guionista de la época dorada de Hollywood y permite disertar sobre el tema.
The Holiday sigue el esquema universal de chico conoce a chica -al revés en este caso-, con unos personajes masculinos que al principio no parecen adecuados y despiertan en el espectador la curiosidad por conocerlos mejor. Meyers es hábil a la hora de dar el tono general, de un romanticismo irresistible. En cuanto al reparto, ha declarado que escribió el guión a medida, pensando en los cuatro protagonistas. Los puntos más débiles son una puesta en escena eficaz pero carente de atractivos, la falta de imaginación para las réplicas, alguna subtrama que no termina de funcionar -los «spots» publicitarios que piensa Amanda- y los minutos en que el actor Jack Black hace de sí mismo y pierde toda gracia. Como en sus películas anteriores, Meyers imita lo clásico y, en el fondo, elogia el matrimonio y la familia, pero añade pegatinas de «modernidad»: sensualidad, planteamientos hedonistas, diálogos groseros, ni la más mínima referencia religiosa en una película navideña… Con todo, mejor que otras comedias recientes que pretendían ser románticas.
Fernando Gil-Delgado