El actor Tom Hanks se estrena como guionista y director con esta historia nostálgica de los felices 60, años que le tocó ver con ojos de niño. Esa mirada inocente impregna su película. Guy, dependiente en la tienda de electrodomésticos de su padre, entra por casualidad en el grupo musical The Wonders. Un único tema, That Thing You Do!, los lanza a los primeros puestos de las listas de éxito y a una gira donde aflorarán las diferencias.
Hanks se ha implicado personalmente en esta historia sencilla, y la dirige con una falta de pretensiones que se agradece. La idea original es suya, así como muchas de las hermosas canciones, compuestas para el film con aire de los años 60. También ha tenido el acierto de no convertirse en protagonista, reservándose el pequeño papel de promotor de The Wonders. El tratamiento visual es acertado: los tonos apastelados, así como el diseño de la tienda, los escenarios de los conciertos, la película en que interviene The Wonders casan bien con el aire idealista y de ensoñación con que se retrata la época.
Si de algo hay que acusar al film, es de falta de mordiente. El director está decididamente enamorado de sus personajes, lo cual es una virtud en el creador de historias de ficción. Pero ese amor le lleva casi a suprimir los conflictos, a presentarlos de un modo demasiado suave. Los romances, las ilusiones, el deseo de sobresalir o los peligros de la fama, son temas que están ahí; pero apenas apuntados, con la intención quizá de que no perdamos aprecio por ninguno de los Wonders.