Después de los sucesos de la primera película, Tyler Rake se recupera casi milagrosamente de un coma profundo y decide pasar el resto de sus días retirado. No obstante, alguien le encarga una misión que no puede rechazar: rescatar a la familia de un despiadado gángster georgiano de la prisión de alta seguridad donde se encuentra recluida. El plan parece sencillo, pero la historia se complica.
Chris Hemsworth vuelve a enfundarse en el papel de Rake, que –al mejor estilo de Jack Reacher–, decide ponerse en acción para redimir su pasado. Pero su personaje está a años luz del interpretado por Tom Cruise. El problema lo tiene un guion estereotipado y más que predecible, con un antagonista que se mueve por unos motivos “familio-religiosos” poco creíbles. Aun así, la adrenalínica historia es entretenida para los amantes de la acción pura y dura.
Jaume Figa Vaello
@jaumefv