Cheyenne, roquero de éxito en los ochenta –cantó con Jagger y con Byrne–, vive una apacible vida de jubilado en una gran mansión irlandesa, en compañía de su esposa Jane.
Cheyenne está deprimido; aburrido, dice su mujer. Vive en un extraño pasado, lleva siempre la indumentaria y el maquillaje góticos que usaba en sus espectáculos, tiene andares seniles y el discurso de un crío. Su vida transcurre en un permanente seminirvana hasta que una llamada le informa de que su padre, a quien no ha visto en treinta años, agoniza. Cheyenne parte para Estados Unidos y recibe el encargo de buscar al criminal nazi que humilló a su padre en un campo de concentración.
This Must Be the Place es una historia extraña. Tiene todos los ingredientes de la comedia…
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