Paul Vitti: un gángster neoyorkino, respetado y temido por sus colegas. Una crisis: Paul ya no es el matón que era; lloriquea sin motivo, no resuelve sus negocios como antes, le cuesta liquidar a sus oponentes… Definitivamente, algo no marcha. Así que Paul hace de tripas corazón y acude a Ben Sobel, un psiquiatra al que ha conocido de modo casual. El gángster querría que nadie supiera que ha tenido que recurrir a un loquero. Y éste querría no haber conocido nunca a un tipo tan peligroso; menos aún teniendo en cuenta que dentro de pocos días va a contraer matrimonio.
Harold Ramis ha demostrado tener una excelente mano para la comedia. Atrapado en el tiempo ha sido una de las mejores películas del género en los 90; y Mis dobles, mi mujer y yo, junto a los guiones de la serie Cazafantasmas, ofrecían algunos momentos memorables. Ahora acierta de nuevo uniendo a dos actores muy distintos (estupendos Robert De Niro y Billy Crystal), que dan el contraste perfecto entre el gángster enloquecido y cabezón, y el psiquiatra de vida ordenada y aburrida. El film contiene un buen puñado de escenas hilarantes y, más difícil todavía, están bien trenzadas: no da nunca la sensación de una acumulación de gags sin orden ni concierto. Y casi siempre se evita el humor grosero. Hay parodia de films míticos de gángsters, como El padrino; pero con medida, sin caer en la farsa, o en la pura imitación de secuencias clásicas. Las escenas de sesiones de terapia, o el congreso de gángsters tienen un timing perfecto, que provoca la carcajada en el momento previsto.
La película no pretende una asombrosa construcción de personajes y, sin embargo, éstos se revelan de una pieza. Incluso los secundarios (el divertido y simple matón de Paul; el padre de Ben, también psiquiatra; Primo Sindone, el principal rival de Paul; la novia de Ben…) son un apoyo constante a la historia. A la vez, se deslizan, suavemente, casi sin estridencias, ironías sobre el psicoanálisis y el deseo de una vida cómoda y sin problemas; o el dibujo, muy atractivo, de lo que acaba siendo una sólida amistad.