En este largometraje de animación, Wallace -despistado inventor inglés adicto a los quesos- y su mudo y fiel perro Gromit se enfrentan en su pueblo a una plaga de conejos, que pone en peligro el popular Concurso Anual de Verduras Gigantes. Para atajarla, desarrollan un humanitario sistema de caza que les enfrenta con un engreído y violento aristócrata. Éste además pretende a Lady Tottington, la organizadora del evento, de la que también está enamorado Wallace. Las cosas se complican aún más con la aparición en el lugar de un voraz conejo gigante.
Como en todas las producciones del estudio británico Aardman Animations («Creature Comforts», «Los pantalones equivocados», «Un esquilado apurado», «Chicken Run. Evasión en la granja»), el guión es agilísimo y está plagado de jugosos golpes de humor, a través de los que desarrollan diversos homenajes a numerosos creadores del séptimo arte, sobre todo del cine de terror. También brillan sus hilarantes críticas sociales, fundadas en una mirada amable y lúcida del ser humano y el mundo actual. De todas formas, esta vez el guión no alcanza la vibración emocional ni la hondura dramática del de «Chicken Run», y además abusa un poco de los gags con doble lectura, tan característicos de las producciones animadas de DreamWorks.
En todo caso, estos leves defectos casi no empañan el resultado final, muy divertido, y resuelto con una animación sensacional, muy expresiva en la gestualidad de los personajes y con una ambientación, una planificación y una iluminación antológicas. Con todo esto queda una película de alto nivel, que confirma a la Aardman como la principal competidora de Pixar en el ámbito de la animación, por lo menos en lo que a creatividad y perfección técnica se refiere.
